Sobre mi

Soy un chico de pueblo que se fue a la gran ciudad a la universidad. Estudié publicidad y durante seis años trabajé en marketing en empresas de gran consumo. Después el emprendimiento llegó a mi vida. Casi sin querer. Desde entonces he montado cuatro empresas, y he vendido dos de ellas.

Primero Nomoan, una editorial de revistas, de las de papel. La creamos sin un euro y llegó a facturar tres millones al año. En ese momento, cuando éramos veinticinco personas, la vendí a mis socios. Y me gasté el dinero en estudiar un MBA entre China y Estados Unidos. El mejor año de mi vida.

Al volver a España monté una tienda de ropa en franquicia, Superdry, que no fue bien y casi me arruina. A base de sudor y lágrimas conseguí que remontara, puse a una encargada y mientras monté una startup, Sclusib. Sin tener yo ni idea de tecnología. Que iluso. Pasamos por varias aceleradoras y levanté algo de inversión, pero como no monetizaba lo suficiente, la reconvertí a una empresa de servicios de desarrollo de software, Rudo.

Esta sí que fue bien, muy bien. Cuando tuve veinte programadores la vendí a una consultora muy grande, y me quedé dirigiéndola, ya como una unidad de negocio. El objetivo era hacerla crecer. Y ha crecido. Ahora en Rudo somos 75 personas. Yo soy responsable del P&L, de las personas, de las ventas, de la producción, del marketing… Y hacemos apps para Zara o el Banco Santander.

Mi filosofía del trabajo no es hacer doce horas al día, si no crecer y ser sostenible mientras los empleados y yo vivimos felices. Por eso durante tres meses al año dirijo al equipo mientras teletrabajo viajando por el mundo, que es mi pasión. También doy clases en escuelas de negocios, escribo en este blog y he escrito un libro.