No me gusta la gente que se queja

No me gusta la gente que se queja. Ni de cómo está la política, ni de lo poco que crece la economía, ni de lo que ha subido el precio de la vivienda. Tampoco a nivel más personal del tráfico de cada mañana, de todo el trabajo que tienen o de lo que les molesta el vecino del quinto.

Cada día estoy más en contra de la queja. Porque es como un virus que se extiende y forma una nube negra alrededor de la persona que lo hace (y de los que están a su alrededor). Lo que pasa, es que una vez que uno empieza, es difícil parar, ya que está demostrado que quejarse genera dopamina, y eso nos satisface. Sobre todo, cuando el que tenemos en frente empatiza con nosotros y refuerza nuestra queja.

Las quejas impiden buscar soluciones. Quizá eso me lo ha enseñado ser emprendedor. Que los que se quejan consiguen poquito. Los que crecen y triunfan son los que analizan lo que tienen alrededor, identifican lo que no les gusta, y en vez de quejarse, hacen algo. Los que actúan. Siempre van a existir competidores que nos ponen las cosas difíciles, clientes que cambian, regulaciones que salen de la nada. Ante esas situaciones, hay unos que lo expresan con indignación mientras les pasan por encima, y otros que se mueven.

Sé de los segundos. En lugar de quejarte, analiza los problemas y expresa tus sentimientos de una forma más útil. Del tipo: “ante la situación X, que no me gusta, voy a hacer Y para intentar cambiarla a lo que sí me gusta”. Me encanta tener cerca a gente así porque me llenan de energía. Personas que se quejan poco, pero están siempre haciendo cosas para cambiar lo que no les gusta, para amoldar el entorno a su antojo.

Como ejemplo, en lugar de quejarte de que en España no hay trabajo, usa tu tiempo votando a partidos que tu consideres lo fomentan, o funda uno, o monta una asociación, o manifiéstate. Mientras, manda un currículum más, haz otro curso, busca unas prácticas, crea contenido en LinkedIn, ve a un evento. Pero, sobre todo, no te quedes en casa sentado esperando a que el mundo arregle tu problema y autoflagelándote en la espiral de la queja. Haz algo.

En 2024 voy a procurar quejarme menos y rodearme de personas que actúan.

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