Me encantan los planes estratégicos. No concibo trabajar en mi empresa sin rumbo, sin saber a dónde quiero llegar. Y últimamente me pregunto ¿necesito un plan estratégico para mi vida?
Cuando empezamos a trabajar en mi empresa rudo, analizamos la situación, planteamos los objetivos a tres años y con ellos las acciones a realizar para conseguirlos. Ahora cada año lo revisamos para asegurarnos que no nos estamos desviando del camino.
He decidido seguir el mismo proceso conmigo. Y definir mi plan «hacer de los 40 a los 45 años los mejores de mi vida». Y es que últimamente oigo a mucha gente quejarse de que no saben cómo han llegado a su situación actual y que han pasado los años y no han hecho todas las cosas que querían. Para que eso no me pase estoy poniendo en marcha un instrumento sistematizado. Quiero analizar dónde estoy, para luego decidir a dónde quiero llegar, y así plantear las diferentes acciones para llegar a esa meta. Sin desviarme.
Pero mientras lo hacía pensaba, ¿con este plan voy a conseguir estar más feliz? ¿o la felicidad viene por momentos no planificados y que no tienen nada que ver con llegar a un objetivo? Si me centro en el plan y dejo de lado todas las distracciones, ¿no puede ser que me pierda lo mejor?
¿Qué pensáis vosotros?