Mi primera experiencia de coaching

Este sábado he estado desde las nueve de la mañana hasta las nueve de la noche en un chalet con diez desconocidos. Compartiendo conversaciones sobre nuestras metas, nuestras fortalezas y nuestras debilidades. Conociendo a los demás, pero sobre todo intentando conocerme más a mí mismo. Y no, no he entrado a Gran Hermano. He pasado por mi primera experiencia completa de coaching, y he salido airoso.

Esther Bauset

Hace más de quince años que conozco a Esther Bauset. Trabajamos juntos cuando yo acabé la carrera y entré como assistant en el departamento de marketing de Grupo Siro, donde ella era product manager. Los dos fuimos creciendo profesionalmente dentro de la empresa, pero yo no se estar mucho tiempo quieto y a los cinco años me fui a otra compañía. Esther, en cambio, continuó trabajando duro hasta convertirse primero en directora de área, después de negocio y acabando siendo miembro del comité de dirección y del consejo. Pero Esther llevaba una vida vertiginosa, con muchísimas horas de trabajo, de viajes y de responsabilidades. Dedicando todo el tiempo del mundo a la empresa, pero sin tiempo para su madre y para su hija. Hasta que un día se dio cuenta de que había dejado de vivir su historia y simplemente estaba sobreviviendo. El cuerpo le avisó dejándola sin voz, su herramienta principal como directora de comunicación. Había perdido su propio equilibrio, así que después de una reflexión profunda dejó Siro y decidió cambiar el rumbo de su vida profesional.

Entendió que, para poder seguir liderando personas, primero tenía que liderarse a si misma desde el bienestar emocional, mental y físico. Ese punto de inflexión le permitió tomarse un año para adquirir las herramientas necesarias para hacerlo y certificarse como coach. Unió los nuevos conocimientos y sus quince años de experiencia dirigiendo para crear su propio método para liderar equipos.

El método

Su método se basa en tomar la responsabilidad de que nosotros somos los directores generales de nosotros mismos. Y por tanto, solo si sabemos liderarnos, podremos liderar a los demás. Por eso en un método de auto-liderazgo basado en el auto-conocimiento. Demasiado auto, me explico.

El liderazgo es a grandes rasgos la capacidad de influir en otros motivándolos para que consigan unos objetivos. El autoliderazgo supone por tanto influir en nosotros mismos a través de dirigir nuestros propios pensamientos y comportamientos para lograr también nuestras metas. Esta es una habilidad que se puede aprender si tenemos las herramientas necesarias. Y el primer paso para influir en nosotros mismos es conocernos bien. Lo que se llama autoconocimiento. Parece que sabemos todo de nosotros mismos, pero pocas veces nos paramos a reflexionar de forma activa sobre quiénes somos o lo qué queremos.

Esther Bauset

En su método para liderarnos “Conviértete en el director general de ti mismo”, Esther dice que nosotros somos los dueños de nuestra vida, e intenta aplicarnos las buenas prácticas que emplean las empresas de éxito. Hace una analogía comparando las áreas estratégicas de una empresa con las de uno mismo. Analiza las funciones de nuestro presidente, nuestro director general y a nuestros directores de área. Y nos ayuda a definir nuestra misión, visión y valores a través de planes estratégicos e incluso presupuestos. Primero debemos tomar consciencia de cómo estamos liderando nuestra vida y que queremos cambiar. Después conocer una serie de técnicas y herramientas y finalmente comprometernos a actuar.

La experiencia

Hacía tiempo que no veía a Esther, pero la seguía activamente por las redes. En rudo, mi empresa de desarrollo de apps, y en mi tienda de ropa, me dedico a dirigir personas y siempre he querido mejorar. Así que me interesé por su método y acabé apuntándome a una de las experiencias que hace para enseñarlo. Se trata de un día completo, desde las nueve de la mañana hasta las nueve de la noche. Te recibe en el salón de su casa y te presenta al resto de las personas que forman parte de la experiencia. Después te baja a su garaje, que está acomodado como si fuera la sala de juntas de un comité de dirección. Lo que más me gustó es que desde el principio es honesta y no te vende que la experiencia te va a cambiar la vida. Te deja claro que como mucho te va a tocar la fibra y se te van a quedar unas pinceladas que pueden marcar la diferencia.

No quiero desvelar el resto del día, pero va contando su método mientras se abre en canal hablando en primera persona de sus experiencias. Hay ejercicios, una comida estupenda y una parte física que consigue ese equilibrio emocional, físico y mental que persigue.

Sin olvidar la parte más curiosa del día. Tener la oportunidad de conocer de una manera muy cercana a gente que profesionalmente ha conseguido cosas admirables. Y es que en la vida normal se conoce primero a las personas de forma superficial, a través de conversaciones banales, y luego se las va conociendo de forma más íntima. En esta experiencia es justo al revés, averiguas primeros aspectos muy personales, sin todavía haber entrado en las cosas del día a día. Desde el principio se desvelan sus aspiraciones, sus debilidades y sus metas. Y ese conocimiento profundo de los demás crea un vínculo muy especial y una empatía que se mantiene después de acabar el día. Grandes personas como una cirujana plástica reconstructiva, un ex banquero que lo ha dejado todo para viajar o la persona que se encarga de organiza las charlas Ted en Valencia.

Comida casera en la experiencia «Conviértete en el director general de tí mismo»

A mí, como Esther prometió, no me ha cambiado la vida. Pero sí que ha revuelto mi mente y entre otras cosas me ha hecho entender mejor que soy corresponsable de todo lo que vivo. Y que, por tanto, tengo mucho que decir en las situaciones en las que antes simplemente culpaba a otros. Que no puedo cambiarlos, pero sí que puedo hacer cambios dirigiéndome a mí adecuadamente. En definitiva, una experiencia muy enriquecedora que repetiré seguro.

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