Me pillas trabajando desde aquí 💁🏻♂️. ¡Qué pasada, eh! Si no fuera porque se me está clavando la hamaca en la espalda, mi portátil está a 50 grados, se me acaba la batería, casi no hay wifi, las gotas de sudor me llegan a los pies y tengo arena en todos mis agujeros, sería perfecto.
Hace ya seis semanas que decidí venirme a vivir a Tailandia mientras dirijo desde aquí mis dos empresas en España. Parece que ya soy un nómada digital . En mi imaginación pensaba que se me iban a pasar los días mirando al paraíso. Que iba a trabajar ocho horas totalmente concentrado con una productividad brutal. Pero la realidad es bien distinta, así que no te dejes engañar por mis fotos de postureo 😊. Aunque estoy más que feliz, trabajar es trabajar, lo hagas desde donde lo hagas. A veces uso el ordenador en sitios espectaculares, pero cuando de verdad quiero sacar cosas adelante me voy a un coworking o me encierro en la habitación del hotel.
En este tiempo trabajando desde Tailandia he aprendido unas cuantas cosas. Así que ahí van mis consejos si te quieres ir un tiempo a trabajar mientras viajas:
1. Prepárate para trabajar duro.
Es genial visitar sitios nuevos, caminar por playas desiertas, conocer gente rara, ir con la moto por caminos de tierra con esa sensación de libertad que solo tienes cuando estás solo. Y más cuando lo haces sin planes, dejando que las cosas fluyan, sin saber que vas a hacer ni donde vas a estar los próximos.
En estas semanas he conocido gente que se ha tomado un tiempo para viajar, que se busca la vida genial y que escribiendo un pequeño blog, cuidando animales a cambio de casa y trabajando a veces de camarero vive los mejores años de su vida.
Mi caso es distinto, ya que he venido a vivir aventuras, pero tengo que dirigir dos empresas desde aquí y eso significa que tengo que trabajar duro. Y cuando tienes tantas novedades y tantas cosas que descubrir alrededor se hace aun más difícil. Así que prepárate para trabajar más de lo que pensabas.
2. Ten un espacio de trabajo.
Que si, que mola mucho currar un rato desde una hamaca en la playa, en una cafetería cuqui de un barrio hípster, o en la tumbona de la piscina… ¡pero donde esté una mesa y una buena silla! Además, a mi me cuesta muchísimo concentrarme con tantos estímulos alrededor.
Cuando más productivo soy es cuando tengo por delante tres o cuatro horas sin preocupaciones. Pero cuando me estoy moviendo de un lado a otro tengo que estar pensando en que la wifi funcione, en que no se me acabe la batería o se me haga de noche y no tenga como volver al hotel. Un día me falló toda la logística en Bangkok, tenía una reunión con un cliente y había un atasco de horas, así que acabé haciendo Skype en un autobús urbano petado de locales. Desde ese día intento tener un sitio desde el que trabajar y no ir por ahí buscando un parque donde sentarme. Yo estoy muy a gusto cuando trabajo:
- Desde un coworking. Todo son ventajas, buen internet, temperatura adecuada, sillas y mesas cómodas y un ambiente que ayuda concentrarse.
- Desde las zonas comunes del hotel. Ahora que me he acostumbrado a trabajar desde ellas me he dado cuenta de que se usan super poco, por lo que suelen estar vacías. También hay buen wifi y suelen ser cómodas.
- Desde la habitación del hotel. Aquí nadie te molesta, pero se pierde la sensación de estar de viaje al estar encerrado en un sitio pequeño.
3. Busca un sitio guay donde vivir.
Al principio me alojaba en hostels compartiendo habitación. Quería socializar y lo conseguía, pero esto no me ayudaba a trabajar, si no que me desconcentraba. Es genial pagar 5€ por dormir, pero es difícil sacar proyectos importantes cuando duermes en un colchón malo y escuchando ronquidos. Así que poco a poco he ido buscando hoteles más cómodos, aunque siga teniendo una media de gasto de unos 20-25€ por noche. Me he dado cuenta de que si descanso bien y la habitación es agradable rindo mejor. Por otro lado, creo que es importante no estar cambiando todo el rato de ciudad y por consiguiente de hotel, lo ideal para trabajar bien es estar al menos una semana en cada sitio.
4. Ten un horario claro.
Es la única forma de conseguir un balance entre el trabajo y la vida. Aunque currar desde una playa de Koh Tao mola más que desde una oficina con luz de fluorescentes en Valencia, si acabas trabajando más de 8 horas al día no estás disfrutando mucho del viaje.
A mi me está costando mucho conseguir el equilibrio, ya que acabo no haciendo nada porque estoy viajando, o currando 14 horas en un día. Cuando llegué aquí pensaba que lo ideal sería levantarme muy pronto y hacer turismo o cosas de ocio hasta las 2 de la tarde (que son las 9 de España) para en ese momento conectarme y trabajar con el equipo unas 6 horas (hasta mis 8 de la tarde).
La realidad es que hace tantísimo calor que es muy difícil salir a dar una vuelta o hacer turismo por las mañanas. Además, cuando me levanto es cuando tengo más en energía y por la tarde suelo estar cansado. Así que estoy intentando aprovechar mis mañanas, cuando nadie en España está aun levantado, para trabajar en cosas más relajadas en un ambiente de playa o similar. Y por las tardes que es cuando tengo que comunicarme con España ya estoy en coworking o hotel. Los fines de semana son sagrados y no abro el ordenador, así que aprovecho para viajar a otras ciudades y que los viajes no interfieran en mi horario.
5. Que tu equipo tenga tu horario claro.
Está relacionado con lo anterior. El equipo tiene que tener perfectamente claro, pese a la diferencia horaria, cuando puede contar contigo porque estás trabajando, y cuando no porque estás de ocio. Si no, les da la sensación de que estás de vacaciones y que cuando te contactan te están molestando.
6. Ten contacto diario con tu equipo.
Dicen que el roce hace el cariño y la distancia es el olvido. Si no te comunicas diariamente con tu equipo, sienten que no estás, y te dejan de tener en cuenta. Por eso creo que es imprescindible tener un contacto diario. Lo ideal para mi es poner una pequeña reunión por videollamada, siempre a la misma hora, para hacer seguimiento y veros las caras. De esta manera estás siempre presente.
7. Sigue hablando con tus clientes.
Gran parte de mi trabajo es el contacto con los clientes, y a estos no les tiene que afectar que no estés, por lo que hay que seguir haciendo llamadas y seguimiento.
Me encontré con el problema que ninguna compañía española tiene roaming a un precio aceptable en Tailandia. Si me llaman a mi móvil español me cuesta 44 céntimos el minuto, pero si llamo yo desde aquí a España me cuesta el sinsentido de 2,5€ el minuto. Así que usar el móvil español estaba totalmente descartado. Yo me he comprado un móvil de 10€ cutre y le he puesto mi tarjeta española. Está todo el tiempo encendido y simplemente lo uso para ver quién me llama, pero no lo cojo.
Por otro lado, me he comprado un número de móvil tailandés que he puesto en mi iPhone con una tarifa de datos potente. Y ese es el teléfono que uso normalmente. Cuando tengo que devolver las llamadas que me han hecho llamo a su teléfono “normal” español (un fijo o un móvil) desde mi Skype. Tiene un servicio genial con el que tu llamas desde Skype usando los datos del teléfono, pero a la persona que recibe le aparece como una llamada normal cuyo destinatario es mi número de teléfono Español. Es genial porque la persona a la que llamo no se entera si estoy en Valencia o en Bangkok.
El resto del tiempo suelo hacer videollamadas Whatsapp, Hangouts o Skype. Cuando los clientes me ven en camiseta de tirantes en una playa flipan. Luego les cuento mi historia y les dejo claro que no les va a afectar de forma negativa. Normalmente empatizan conmigo y acaba siendo positivo para la relación a nivel personal y profesional.
8. Estate offline a veces.
Aunque creo que hay que estar muy presente tanto con tu equipo como con tus clientes, también hay que saber desconectar. Y es que internet y las redes sociales son geniales, pero a mi a veces me da la sensación de que pese a que estoy en Tailandia sigo viviendo la vida de Valencia. Uno de los objetivos del viaje, además de trabajar, es desconectar por completo y eso es difícil si siempre se está con el ordenador y con el móvil encima.
9. Intenta formar una comunidad de gente alrededor.
Cuando estoy trabajando desde un hotel o un café y la gente de mi alrededor está en un ambiente de vacaciones, acabo aislándome más para concentrarme y eso me hace un flaco favor. Creo que es super bueno intentar hacer una comunidad alrededor de gente con inquietudes comunes. He estado tres semanas en Chiang Mai en un coworking chulísimo llamado Punspace en el que al igual que yo trabajaban unos 50 nómadas digitales con muchas cosas que contar.
10. Asegura que tienes internet.
Dejo para el final lo más obvio, pero es una de las cosas más importantes. ¡Internet es mi herramienta de trabajo! Nunca sabes si el wifi va a funcionar en el nuevo hotel al que llegas o si una tormenta va a hacer que se caiga durante horas. Yo me compré un número de móvil tailandés con una tarifa de 20€ y 20 gigas, pero como mi 4G suele ir mejor que el wifi la he subido a 50 gigas y ahora estoy tranquilo con este tema.
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Espero que te sirvan mis consejos si te animas a trabajar un tiempo mientras viajas. Todo tiene sus pros y sus contras, y aunque no es tan idílico como me había imaginado, estoy más que feliz de haber tomado la decisión de venirme aquí solo durante cuatro meses. Está siendo la experiencia más enriquecedora de mi vida. ¡Y todavía me quedan dos meses y medio! Te sigo contando ¿vale?
Muchacho, me parece muy interesante lo que haces…
Te agradezco que lo cuentes y te animo a que sigas haciendolo.
Mucha suerte y, de nuevo, mucho ánimo.
Te sigo mucho
DANIEL
Gracias por compartir, decisión enriquecedora a nivel personal y profesional, mucho ánimo y mucha felicidad