Vivan los negocios sencillos

Me encantan los negocios sencillos. Los que no tienen plan de negocio ni inventan nada, los que no necesitan prácticamente inversión, los que simplemente saben detectar una necesidad y la aprovechan.

Estoy en Tailandia trabajando por un tiempo, y el otro día fui a hacer una extensión de mi visado. Cuando entras como español puedes estar un mes, pero si te quieres quedar más, tienes que hacer un trámite. Simplemente ir a inmigración, rellenar unos formularios y pagar unos 55 euros. Con esta extensión puedes quedarte otros treinta días adicionales.

Edificio de inmigración en Chiang Mai, Tailandia.

Cuando llegué al edificio en medio de una carretera general y me informaron de que necesitaba varias fotocopias y una foto de un tamaño raro que no tenía se me cayó el mundo encima «¿Y dónde encuentro yo una fotocopiadora y un estudio de fotos por aquí? Ahora me tengo que poner a buscar un sitio con 44 grados y sudando como un pollito».

Pero iba a ser más fácil de lo que pensaba. Solo tuve que cruzar la carretera, y en la acera al lado de una gasolinera estaba todo. Cuatro mujeres habían montado un puesto permanente y por unos tres euros te vendían el servicio completo, organizado en cadena, y en menos de cinco minutos.

Primero les dejas el pasaporte y ya ellas se encargan de hacerte las fotocopias de las páginas necesarias y del papel de la salida del país. Después una de ellas aprovecha una pared blanca para hacerte la foto con su móvil, mientras su compañera sujeta un paraguas para que tengas sombra y te dice que sonrías.

Rápidamente le pasa la foto a su cuarta compañera por mail y esta la edita en el ordenador y la imprime al tamaño necesario. Mientras esperas te venden un boli para rellenar el formulario y te dan agua gratis porque saben que por allí no hay ningún sitio más donde comprar.

Y en menos de cinco minutos, con eficiencia alemana y y sin necesidad de hablar (para evitar los problemas de idioma) te llevas todo lo necesario para hacer la extensión de tu visado. Negocio perfecto, para ellas y para sus clientes.

Se puede montar un negocio sin tener dinero

Cuando conozco a alguien y le cuento que tengo dos empresas directamente me prejuzga. Me mira con una cara mezcla de admiración y de rabia por ser “otro niño rico”. Y ya si esto pasa mientras estoy en Tailandia se multiplica por diez. Piensa que estoy aquí sin dar un palo al agua y noto como en su cabeza aparecen las justificaciones típicas de «que suerte tienes», «si yo pudiera», «ya me gustaría a mí». Dejando claro que lo que yo hago es algo que no está al alcance de cualquiera, que si no hubiera tenido unas circunstancias externas muy favorables no lo hubiera conseguido.

Pero yo sigo diciendo que no es así. Yo he montado cuatro empresas, tres de ellas sin tener dinero. Y creo firmemente que se puede emprender sin tener dinero, aunque obviamente si tienes pasta es mucho más fácil.

Así que te propongo una cosa. En vez de empezar a pensar en ideas super innovadoras que nadie más ha tenido en el mundo, a soñar con planes de negocios a cinco años, y a lamentarte porque no tienes el dinero que se necesita para llevarlos a cabo, simplemente mira a tu alrededor. Observa a la gente con los ojos bien abiertos e intenta buscar una necesidad que satisfacer y que tú puedas resolver fácilmente solo con tus habilidades. Y ¡voilà! ya tienes un negocio. Una vez que ya lo tengas controlado y funcionando podrás pensar en el siguiente 😉.

2 opiniones en “Vivan los negocios sencillos”

  1. Muy cierto

    Por experiencia, sin dinero se despierta la parte creativa que de otra forma puede tardar más en salir.

    No hay nada más que ver que no facturan más las empresas que más gastan, o la cantidad de recursos que queman muchas startups en cuanto reciben una ronda importante.

    Gestionar los recursos cuando no hay enseña a guardarlos cuando los hay.

    Totalmente de acuerdo con tus posts Richard, un saludo

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